10/4/16

¿Por qué nos ruge el estómago? [10-4-16]


¿Por qué nos ruge el estómago?

Son más de las 3 de la tarde. Llevas un día intenso, trabajando. Sin parar quieto. De aquí para allá, y de repente, "grrr", te rugen las tripas.

Seguro que esta escena la has vivido en numerosas ocasiones. Cada cuál más distinta. Y posiblemente, tu pensamiento haya sido siempre el mismo, "vaya, tengo hambre, necesito comer algo". 

¿Cuánto hay de verdad y cuánto de mentira en esta afirmación? Hoy, prepárate a descubrirlo con nosotros.

Como muchos sabrán, el origen de este sonido no guarda demasiado misterio. Se produce como consecuencia de la actividad muscular del estómago y del intestino delgado.

¿Y por qué se produce?. El "rugir de tripas", tal y como lo conocemos, tiene lugar aproximadamente cuando los intestinos y el estómago llevan vacíos algo más de dos horas, siendo el resultado de una producción refleja de ondas de actividad eléctrica, que acaban desencadenando una serie de contracciones. Estas contracciones, son las que general el ruido que nosotros percibimos, y que escuchamos sin problemas y con mayor claridad al no encontrarse amortiguado por el bolo alimenticio. Sin embargo, debemos de precisar, que esta actividad se produce a lo largo de todo el día en el interior de nuestros intestinos.

De este modo, podemos entender que el sonido no se produce a consecuencia de tener hambre. Por el contrario, se puede generar a cualquier hora del día como bien hemos mencionado, ya que las paredes de nuestro tracto intestinal trabajan de forma incesante, contrayéndose, para mezclar e impulsar los alimentos digeridos en dirección hacia el ano, en un movimiento conocido como peristalsis.

Por supuesto, si podemos recalcar que el grado de actividad varía según las horas, pero en definitiva, los sonidos que escuchamos no se producen porque tengamos más o menos hambre, sino como resultado del desplazamiento de alimentos sólidos, líquidos y gases, que cuando tenemos el estómago vacío podemos escuchar con mayor precisión y, quizás precisamente por ello, por tener el estómago vacío cuando los escuchamos con mayor nitidez, inconscientemente tendemos a crear una relación entre el hambre y este peculiar rugido intestinal.


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